El primer año de cada nuevo sexenio siempre ha se ha caracterizado por ser el de menor crecimiento económico. Sin embargo, este primer año de gobierno ha sido el primero de un crecimiento nulo, contrario a las declaraciones del 9 de Julio 2018 cuando el entonces candidato y ahora Presidente anunció crecimientos no menores al 4%.
Las razones básicas son 2 que están a su vez íntimamente ligadas entre si: bajos niveles de inversión y desconfianza de los inversionistas.
La inversión en infraestructura pública se ha visto detenida con el inicio de la 4a. transformación, debido al programa de austeridad republicana y al programa de combate a la corrupción, como lo fue el caso del proyecto del nuevo aeropuerto de CDMX. En materia de inversión privada, si bien los grandes proyectos no se han detenido del todo, si se han visto detenidos por la desconfianza de inversionistas en las nuevas políticas públicas; quienes han detenido casi todo proyecto de inversión son los micro, pequeños y medianos inversionistas, sobretodo por la desconfianza en los programas de gobierno.
La industria de la construcción en ciudades como CDMX, se ha visto frenada ante la creciente restricción y clausura, en muchos casos justificada por contravenir normas urbanísticas, de proyectos inmobiliarios de todo tipo.
El dinero tiende a huir de entornos económicos inestables, y es una explicación a la carencia de inversión privada, igualmente el nivel de inversión tiende a seguir los niveles de confianza del consumidor que en este año se han visto igualmente deprimidos. La percepción de consumidores e inversionistas se encuentra muy cauta, ante esta nueva administración de gobierno.
Los niveles de inflación se han visto contenidos, por la aplicación de políticas monetarias restrictivas y del bajo consumo. Los niveles de crédito igualmente se muestran muy bajos.
Ante este escenario, el gobierno Obradorista, anunció el plan nacional de infraestructura emitido por el Gobierno Federal y el Consejo Coordinador Empresarial. Este Plan Nacional tiene como objetivo esencial remontar los niveles de inversión en proyectos de infraestructura, que cumplieran las características esenciales en cuanto avance de obra, beneficio a la comunidad, prioridad en su ejecución y viabilidad de obra.
El Gobierno Federal reivindicó la necesidad de la participación conjunta del sector privado en la implementación del plan nacional de infraestructura, ya que en México, incluso durante el auge petrolero de los 70’s el porcentaje de inversión respecto al PIB nunca fue mayor al 22%
FME CONTADORES, asesoría y defensa fiscal, siempre con información útil
MSA/l&ds/*.*